Análisis del Poco X5 Pro

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Los POCO X se convirtieron por derecho propio en recomendación casi asegurada, tras varias generaciones la marca sigue manteniendo su apuesta por la gran relación calidad/precio. Con un 2023 que se anticipa difícil debido a las subidas de precio, el POCO X5 Pro parte con el mismo coste inicial que los POCO X4 Pro del año pasado (en oferta de lanzamiento). No es mala carta de presentación.

Con la revisión anual de los POCO clave para la gama media, el principal inconveniente asoma al papel: los POCO X5 no cambian demasiado con respecto a sus predecesores, los POCO X4. El Pro no es ajeno a esta estrategia, pero lo cierto es que ya funcionaba suficientemente bien en la familia. Con una vuelta de tuerca por allá y unos añadidos por aquí, el móvil que protagoniza este análisis parte con muy buenos números para hacerse con el trono de las recomendaciones. Nos sorprendió para bien.

Ficha técnica del POCO X5 Pro 5G

PANTALLAFlow AMOLED de 6,67 pulgadas
FullHD+ a 2.400 x 1.080 píxeles
Rango de color DCI-P3
Refresco de 120 Hz
Refresco táctil de 240 Hz
Brillo máximo de 900 nits
Gorilla Glass 5
PROCESADORQualcomm Snapdragon 778G a 2,4 GHz
GPUAdreno 642L
VERSIONES6/128 GB
8/256 GB
LPDDR4X/UFS 2.2
CÁMARAS TRASERASPrincipal: 108 megapíxeles, f/1.89
Gran angular: 8 megapíxeles, 120º, f/2.2
Macro: 2 megapíxeles
CÁMARA FRONTAL16 megapíxeles, f/2.45
BATERÍA5.000 mAh
Carga rápida de 67 W
Cargador de 67 W incluido
SISTEMAAndroid 12
MIUI 14 for POCO
CONECTIVIDADDual 5G
WiFi 6
Bluetooth 5.2
GPS
NFC
Conector de auriculares
Sensor de infrarrojos
DIMENSIONES Y PESO164,91 x 76,03 x 7,9 milímetros
181 gramos
OTROSLector de huellas lateral
Altavoces estéreo

Grande en tamaño y en calidad de pantalla

El POCO X5 Pro se hace grande en la mano, aunque no muy pesado: el plástico utilizado en la construcción aligera el conjunto. En dicho plástico se construye el cuerpo, de cantos tan rectos que se marcan durante el agarre; con la molestia a largo plazo que supone. Es un móvil para manos grandes, al menos si se desea usarlo con soltura: llegar a la zona superior de la pantalla es complicado. Y sin que se aprecie de mala calidad al tacto, tampoco resbala al sostenerlo; con cierta sensación de que la cara trasera rebaja la calidad general: la cubierta se hunde bajo la presión de los dedos.

Botones situados en el costado derecho del teléfono con los de volumen algo difíciles de alcanzar con una mano, jack de 3,5 mm y emisor de infrarrojos en el canto superior y USB C junto a la bandeja para dos nano SIMs en el inferior. El POCO X5 Pro no ofrece expansión por SD, sí doble altavoz estéreo. Junto al elemento más característico del diseño: el conjunto fotográfico trasero.

La marca destaca la parte trasera con un contraste de acabado: pulido para el área superior y con una ligera aspereza para el resto de la superficie. Aquí hay una ventaja y una pega: la textura del acabado evita las huellas (el área donde se sitúa el logo no); la zona de los objetivos retiene todas las motas de polvo. De hecho, y dado que toda esa zona es plástica (a excepción de las lentes de la cámara), la estática convierte a los objetivos en un imán para la suciedad. Es de los móviles más sucios que hemos analizado (el color negro acentúa este defecto).

Las dimensiones de la pantalla ascienden hasta las 6,67 pulgadas ocupando todo el frontal a excepción de los marcos, algo grandes, y el agujero superior para la cámara delantera. El POCO X5 Pro monta un panel AMOLED de excelente calidad: tanto en contraste como en temperatura de color, saturación y detalle. La experiencia usando la pantalla fue muy positiva, fluye a la perfección excepto con los saltos provocados en algunos desplazamientos verticales (navegador, ajustes, Twitter…). Los 120 Hz a los que llega la tasa de refresco potencian las transiciones entre apps colaborando a que la experiencia visual sea la de un gama alta. El brillo máximo es suficiente en exteriores (bajo el sol hay que afilar la vista) y el mínimo no molesta demasiado en completa penumbra.

El sonido es un valor importante en el teléfono, tanto con los altavoces externos como con auriculares: que no prescinda de conector de 3,5 mm suma puntos, también que incluya doble altavoz estéreo. El audio es potente con cierta distorsión a máximo volumen, aunque no resulta exagerada: el POCO X5 Pro logra los 88 dB como máximo (datos tomados en el mismo teléfono). En cuanto a los auriculares, la música suena con muy buena calidad, se aprecian los detalles y el refuerzo de bajos es notorio, tanto con cable como sin él. El POCO X5 Pro ofrece mejora con Dolby Atmos, incluye ecualizador gráfico de 10 bandas y ofrece una altísima compatibilidad con códecs Bluetooth. De diez el esfuerzo de POCO en el audio.

El lector de huellas capacitivo montado en el lateral del POCO X5 Pro permite desbloquear el móvil en un segundo con sólo plantarle el dedo pulgar. Es bastante eficaz, rápido, no le hemos hemos encontrado falta de fiabilidad y queda a una buena altura para ser utilizado. Además, el móvil ofrece la opción del siempre bienvenido desbloqueo facial con la cámara delantera, siempre a costa de perder cierta seguridad.

Gran rendimiento para el coste con el remate de la carga rápida

Con el salto entre generaciones POCO optó por mejorar el chipset del año pasado sin salirse de Qualcomm: el Snapdragon 778G que monta el POCO X5 Pro ofrece un excelente rendimiento para la gama con una experiencia Android a muy buen nivel. De hecho, es un SoC similar al que monta el Nothing Phone (1), aunque no está tan bien optimizado en el móvil de Xiaomi (Nothing adapta el chipset a las necesidades del teléfono). En todo caso, no hemos apreciado un bajo nivel, más bien al contrario.

El POCO X5 Pro se muestra rápido en la mayor parte de las situaciones, va muy fluido, no hay tarea que se le atragante (ejecutamos juegos como Genshin Impact o PUBG a calidad media y alta sin problemas) y no se calienta apenas, ni siquiera a máximo rendimiento. Sí es cierto que MIUI for POCO a veces ralentiza ligeramente el desempeño; como cuando se están actualizando aplicaciones de fondo. Por lo demás, encontramos más que apto el hardware que viene con el teléfono.

La batería es la habitual en la gran mayoría de móviles de gama media: 5.000 mAh; una cifra que demuestra ser más que suficiente como para mantener vivo al POCO X5 Pro durante todo un día con un uso abusivo y hasta los dos y más días si se contiene la utilización. No hemos percibido subidas importantes en el gasto energético, ni siquiera ejecutado juegos en 3D. Tampoco se calienta: ni durante el uso ni cargándolo. Y eso que la carga no es precisamente corta.

El POCO X5 Pro mantiene la carga rápida a 67 W del año pasado sin prescindir del cargador incluido en la caja, una buena costumbre que también comienza a perderse en la gama media. Revive lo suficiente como para aguantar horas en pie con sólo unos minutos enchufado, los tiempos que quedan tal y como siguen:

  • 5 minutos de carga: 15 % de batería.
  • 10 minutos de carga: 34 % de batería.
  • 15 minutos de carga: 49 % de batería.
  • 20 minutos de carga: 63 % de batería.
  • 25 minutos de carga: 75 % de batería.
  • 30 minutos de carga: 85 % de batería.
  • Total: 43 minutos.

De lo mejor en fotografía a ese precio

El POCO X5 Pro parte con una combinación de sensores y objetivos que se tornó habitual en la gama media, también en los escalones superiores: cámara principal, gran angular y la tercera cámara de relleno, la dedicada a la fotografía macro. POCO mantiene un hardware similar al del año pasado, sin que esto sea del todo malo: las fotos resultantes no son de mala calidad. No obstante, se aprecia falta de detalle al ampliar, sobre todo de noche.

El hardware de fotografía incluido con el POCO X5 Pro ofrece los siguientes detalles técnicos:

  • Cámara principal de 108 megapíxeles. Apertura f/1.89, enfoque PDAF.
  • Cámara gran angular de 8 megapíxeles. Apertura f/2.2, 120º de ángulo de visión.
  • Cámara macro de 2 megapíxeles. Apertura f/2.4.
  • Cámara frontal de 16 megapíxeles. Apertura f/2.45.

La experiencia de disparo es de buena calidad: el móvil se muestra rápido abriendo la cámara y no se demora entre foto y foto, tampoco guardando cada imagen (ni siquiera en 108 megapíxeles). El enfoque acostumbra a ser rápido y suficientemente preciso: tanto de forma automática como tras el toque sobre el visor de la pantalla.

Como es habitual, la diferencia entre disparar de día y hacerlo de noche presenta notables cambios, no en vano la presencia de luz colabora hasta para merecer el uso del gran angular. Ésta cámara arroja cierta diferencia en tonalidad con respecto al sensor primario, también pierde detalle por el camino. En las fotos nocturnas esta pérdida se aprecia simple vista; para la cámara principal hay que hacerle algo de zoom a la imagen.

Fuente: xataka.com

Imagen: po.co

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